Algarrobo, algarrobero, farrobero, garrofero (cast.); garrofer (cat.); algarroba (eusk.); alfarobeira (gall.); alfarobeira (port.); ; carob, St John's bread, locust bean (ing.).
«Soy un árbol frondoso, que da buen fruto; pero cuando oyen mi nombre dicen que hurto».
Adivinanza popular
Por su utilidad, es un árbol que se ha plantado en otras partes del mundo desde antiguo. Ya Marco Polo narra que en la provincia de Xichang, en los dominios del Kublai Khan, crecían muchos algarrobos. En lugares como California (EEUU) se cultiva por su interés económico y ecológico, mientras que en España comienza a recuperarse su cultivo después de haber estado en regresión.
De sus frutos, de gran valor nutritivo, se extrae la pulpa para la alimentación animal o humana. Antes se consumía en fresco como golosina natural y ha constituido una gran reserva alimenticia cuando se perdían otros cultivos y forrajes, como se refleja en el refrán: «Mal año de maíz, buen año de algarroba».
Durante la guerra y la posguerra civil, su consumo fue muy popular y elevado en Canarias y la península. A falta de cereales, en las islas se hacía gofio de algarrobas, lo cual contribuyó indirectamente a reducir los episodios de diarrea en la población, dado el alto contenido en taninos de su harina.
Antiguamente, los pescadores canarios utilizaban también los frutos para evitar el deterioro de sus aparejos. Así lo recoge el clérigo, escritor y naturalista canario José de Viera y Clavijo: «Úsanlas también nuestros pescadores mientras están todavía verdes, frotando con ellas la liñas, porque su jugo resinoso la preserva de una pronta corrupción en el agua...».
En el antiguo Egipto se elaboraba una especie de miel de las vainas del algarrobo que se daba a los enfermos como remedio contra el asma y la tos. También se aplicaba polvo de algarroba bajo las axilas como desodorante. Hoy se prepara con sus frutos el carob, un sucedáneo del cacao muy utilizado en dietética.
En algunos países las semillas se utilizan como sustancia base para bebidas alcohólicas, mientras que la popular ‘goma garrofín’, obtenida al pulverizar las semillas secas, es un gran espesante natural utilizado en la industria alimentaria como aditivo en la elaboración de salsas, helados, quesos o productos lácteos. Además tiene otras aplicaciones en la industria farmacéutica (laxantes, cápsulas y pasta de dientes), cosmética (cremas de afeitar), textil (aprestos y estampados) y química (pinturas, betunes y colas).
La madera es dura, rojiza y muy apreciada en ebanistería, construcción y fabricación de muebles y herramientas. También funciona bien como combustible y la corteza y las hojas se han empleado como curtientes y astringentes.
El algarrobo también ha sido cultivado en ocasiones como árbol de sombra por su porte y su resistencia a la sequía.
Al florecer en pleno verano, las abejas aprovechan las flores del algarrobo para la elaboración de miel, aunque esta no es apta para consumo humano, pues no resulta nada agradable al paladar. La tradición católica enseña que San Juan el Bautista se alimentaba en el desierto de «langostas y miel silvestre» (Mat 3: 4 p.p., Reina Valera, 1960). Pronto llamó la atención que una fuente de proteínas tan eventual constituyese la base de la dieta del Bautista. Parece que por langosta el evangelista aludía al "árbol langosta" o algarrobo, que, en consecuencia, era uno de los fundamentos de su alimentación. Así, el algarrobo es también conocido como ‘pan de San Juan’.
Ceratonia proviene de la palabra griega keratos, que hace claramente alusión a sus frutos curvos en forma de cuerno; siliqua es el nombre latino de la algarroba (siliqua, -ae) y en general de los frutos en legumbre.