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Picconia excelsa

Palo blanco

Palo blanco, paloblanco (cast.); branqueiro (port.).

Autóctona

¿SABÍAS QUE…? El mismísimo capitán James Cook (1728-1779), afamado expedicionario inglés, ensalzó el verdor de la majestuosa copa del palo blanco en el diario de sus célebres viajes.

DESCRIPCIÓN

Árbol siempreverde muy elegante, de 10-15 m de altura, con tronco hasta de 60 cm de diámetro y de copa algo abierta. Posee una característica corteza gris blanquecina, muy áspera y con protuberancias, que le hace merecedor de su nombre común: palo blanco. Las hojas son simples, coriáceas, lampiñas, más o menos obovadas o elípticas, de 6-8 cm de longitud, brillantes y de color verde oscuro en el haz. Su margen es entero y con frecuencia se recurva ligeramente hacia abajo. Esta especie se reconoce fácilmente por la disposición opuesta de sus hojas y la falta de agallas y glándulas. Las flores son aparentemente hermafroditas, tienen cuatro pétalos blancos dispuestos en aspas y se reúnen en pequeños racimos. Sus frutos son drupas algo carnosas y hasta de 2 cm de longitud que se asemejan a las del olivo (Olea europea), pues pertenecen a la misma familia. Al igual que en las aceitunas, cada fruto contiene en su interior un único huesecillo con una semilla y su coloración verdosa cambia a negro purpúrea al madurar.

ECOLOGÍA

Suele crecer en laderas y vaguadas con suelos profundos. Prefiere las zonas con exposiciones abiertas o algo soleadas de los bosques de laurisilva, pero también puede encontrarse en el fayal-brezal, las zonas inferiores del monteverde y, esporádicamente, en el pinar mixto. En general se localiza entre los 400 y 1000 m de altitud, aunque puede aparecer de forma aislada en cotas más bajas siempre que haya suficiente humedad.

DISTRIBUCIÓN

El palo blanco es un endemismo de la región macaronésica; está en Madeira y en casi todas las islas del archipiélago canario: El Hierro, La Palma, La Gomera, Tenerife, Gran Canaria y Fuerteventura. El género Picconia solo cuenta con otra especie, Picconia azorica, que es endémica de las islas Azores.

MÁS INFORMACIÓN

Este árbol pertenece a la misma familia que los acebuches (Olea cerasiformis) y los olivos (Olea europea), de los que se diferencia básicamente porque estos presentan unas hojas más pequeñas, muy estrechas y con envés blanquecino.

El palo blanco ha tenido principalmente un uso maderero. Su madera blanca con vetas rosadas se caracteriza por ser incorruptible y de gran dureza; tan es así que a veces es muy difícil de trabajar. El clérigo, escritor y naturalista canario José de Viera y Clavijo (1731-1813) recoge en su Diccionario de historia natural de las islas Canarias las excelencias de la madera de palo blanco y algunos de sus usos de la época: «excede a todo aprecio por su incomparable solidez, incorruptibilidad, (...) y demás buenas cualidades que la hacen competidor del acero para ejes de carreta, aperos de labranza y otros utensilios que exigen la mayor firmeza».

Su excelente calidad hizo que fuese una madera muy demandada para muchas otras actividades, como la construcción de casas, de lagares para prensar la uva, de ejes de prensas de aceite, de verdugos y prensas para los ingenios azucareros o para surtir de leña sus calderas. Su uso fue tan intensivo que, de figurar como un elemento frecuente de los antiguos bosques de laurel, pasó a ser un bien escaso.

Ya en aquella época de finales del siglo XVIII, Viera y Clavijo hace referencia del tremendo uso y abuso al que se sometió a esta planta: «Así se extraía de nuestras islas en los años pasados y se llevaba a España, por lo que se hizo mención de ella y de su uso en una ley de nueva recopilación. Más la indolencia de nuestra policía es causa de que ya sean muy raros los palos blancos en nuestros aniquilados montes».

Esta especie está incluida con la categoría de ‛vulnerable’ en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la IUCN.

El nombre del género, Picconia, está dedicado a J. B. Picconi, horticultor italiano del siglo XIX; el epíteto específico excelsa procede el latín y significa elevado, en clara alusión al porte elevado de este árbol.