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Populus nigra

Chopo, álamo negro

Chopo, álamo negro, pobo (cast.); pollancre (cat.); makala (eusk.); choupo negro, lamagueiro (gall.); choupo-negro, álamo-negro (port.); black poplar (ing.).

No autóctona

«Ciertamente tiene nombre de calamar; espero que no te asombre, si por él voy a trepar».

Adivinanza popular

DESCRIPCIÓN

Árbol que alcanza los 30 m, de tronco esbelto y copa a veces muy estrecha (columnar). Tiene las hojas simples, caducas, alternas (este carácter se observa mejor en la parte intermedia de las ramas, pues en los extremos a veces aparecen muy juntas), romboidales o triangulares, finamente serradas en su margen, de un verde intenso por el haz y con un rabillo largo que parece aplastado. Las flores masculinas y femeninas crecen separadas en árboles distintos (especie dioica) y agrupadas en amentos colgantes y alargados. Los femeninos son de un discreto verde, mientras que los masculinos presentan vivos colores anaranjados. En octubre, los frutos en cápsula se abren en dos partes o valvas al madurar y liberan un gran número de semillas diminutas y envueltas en filamentos de aspecto algodonoso que favorecen su dispersión por el viento. A menudo esta pelusa se confunde con el polen, debido a que su aparición coincide con la época primaveral de las alergias.

ECOLOGÍA

Es un árbol que crece asociado a zonas muy húmedas o encharcadas, especialmente en los márgenes de los cursos de agua. En las medianías tampoco es raro verlo en terrenos abandonados o junto a caminos y carreteras con mucha humedad. El clima y el tipo de suelo no son determinantes para su desarrollo e incluso soporta cierta salinidad.

DISTRIBUCIÓN

Al ser una planta cultivada y muy difundida desde la Antigüedad, su origen es controvertido. Crece en la mayor parte de Europa, Asia y el norte de África. En el archipiélago solo está asilvestrada en Gran Canaria.

MÁS INFORMACIÓN

El chopo es una planta con muchas propiedades medicinales. De la corteza se extrae la salicina —de la que se obtuvo el ácido acetilsalicílico o aspirina—, muy útil para reducir y eliminar la fiebre. Antiguamente la madera se quemaba para obtener un carbón vegetal, ligero y absorbente, que era usado en farmacia como antiséptico intestinal. Con sus yemas se elaboraba el denominado ‘ungüento popúleo’, que aliviaba y reducía las hemorroides; y todavía hoy se prepara una infusión a la que le atribuyen propiedades antirreumáticas, diuréticas, expectorantes y antisépticas de las vías respiratorias.

En sentido contrario, el abundante polen que producen los árboles masculinos para lograr la polinización por viento puede provocar reacciones alérgicas.

Su madera blanda y ligera es muy útil para la elaboración de pasta de papel, tablones, embalajes livianos y hasta para fabricar palillos de dientes. La corteza, que es rica en taninos, se usa para curtir cueros o como mordiente; además, junto con las ramillas y hojas, sirve para teñir de amarillo o verde. Las hojas constituyen un buen alimento para el ganado, muy estimado como forraje invernal.

En la literatura, sea en verso o en prosa, el chopo es un árbol al que se evoca con frecuencia. Federico García Lorca, Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas o Víctor de la Serna mencionan a este árbol en sus obras.

En El paisaje de España visto por los españoles, el escritor alicantino José Martínez Ruiz, ‘Azorín’, relata: «Ya en el campo, caminando por este camino bordeado de enhiestos chopos —cuyas hojas temblotean—, nos hemos detenido y nos hemos sentado en una piedra». El poeta y escritor andaluz Antonio Machado, en su poesía Las encinas, se refiere a los chopos con los siguientes versos:

«Los chopos son la ribera,
liras de la primavera,
cerca del agua que fluye,
pasa y huye,
viva o lenta,
que se emboca turbulenta
o en remanso se dilata.
En su eterno escalofrío
copian del agua del río
las vivas ondas de plata».

Un refrán popular español habla del chopo como el árbol del pobre, por su crecimiento rápido, la facilidad de su cultivo y su incapacidad para competir con otros árboles por su madera: «Quien tiene dineros pocos, si los echa en chopos, tornársele han más pocos». Hay otra variante que versa: «El álamo largo y enjuto, ni da sombra ni da fruto».

Populus,-i es el nombre latino de los álamos y chopos, que también significa ‘el pueblo’; por asociación, podría ser ‘árbol del pueblo’. El epíteto específico nigra indica lo oscuro de sus hojas y formaciones.