Chopo, álamo negro, pobo (cast.); pollancre (cat.); makala (eusk.); choupo negro, lamagueiro (gall.); choupo-negro, álamo-negro (port.); black poplar (ing.).
«Ciertamente tiene nombre de calamar; espero que no te asombre, si por él voy a trepar».
Adivinanza popularEl chopo es una planta con muchas propiedades medicinales. De la corteza se extrae la salicina —de la que se obtuvo el ácido acetilsalicílico o aspirina—, muy útil para reducir y eliminar la fiebre. Antiguamente la madera se quemaba para obtener un carbón vegetal, ligero y absorbente, que era usado en farmacia como antiséptico intestinal. Con sus yemas se elaboraba el denominado ‘ungüento popúleo’, que aliviaba y reducía las hemorroides; y todavía hoy se prepara una infusión a la que le atribuyen propiedades antirreumáticas, diuréticas, expectorantes y antisépticas de las vías respiratorias.
En sentido contrario, el abundante polen que producen los árboles masculinos para lograr la polinización por viento puede provocar reacciones alérgicas.
Su madera blanda y ligera es muy útil para la elaboración de pasta de papel, tablones, embalajes livianos y hasta para fabricar palillos de dientes. La corteza, que es rica en taninos, se usa para curtir cueros o como mordiente; además, junto con las ramillas y hojas, sirve para teñir de amarillo o verde. Las hojas constituyen un buen alimento para el ganado, muy estimado como forraje invernal.
En la literatura, sea en verso o en prosa, el chopo es un árbol al que se evoca con frecuencia. Federico García Lorca, Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas o Víctor de la Serna mencionan a este árbol en sus obras.
En El paisaje de España visto por los españoles, el escritor alicantino José Martínez Ruiz, ‘Azorín’, relata: «Ya en el campo, caminando por este camino bordeado de enhiestos chopos —cuyas hojas temblotean—, nos hemos detenido y nos hemos sentado en una piedra». El poeta y escritor andaluz Antonio Machado, en su poesía Las encinas, se refiere a los chopos con los siguientes versos:
«Los chopos son la ribera,
liras de la primavera,
cerca del agua que fluye,
pasa y huye,
viva o lenta,
que se emboca turbulenta
o en remanso se dilata.
En su eterno escalofrío
copian del agua del río
las vivas ondas de plata».
Un refrán popular español habla del chopo como el árbol del pobre, por su crecimiento rápido, la facilidad de su cultivo y su incapacidad para competir con otros árboles por su madera: «Quien tiene dineros pocos, si los echa en chopos, tornársele han más pocos». Hay otra variante que versa: «El álamo largo y enjuto, ni da sombra ni da fruto».
Populus,-i es el nombre latino de los álamos y chopos, que también significa ‘el pueblo’; por asociación, podría ser ‘árbol del pueblo’. El epíteto específico nigra indica lo oscuro de sus hojas y formaciones.