Hija, jija, guindo silvestre, hixa, azarero, loro (cast.); llorer-cirer de Portugal (cat.); Portugaleko erramua (eusk.); loureiro de Portugal (gall.); loureiro-de-Portugal (port.); Portugal laurel, cherry bay (ing.).
La hija tiene un gran valor científico dado que se considerada una árbol relíctico de la flora ‛paleotropical’, que ha llegado hasta nuestros días refugiada en enclaves favorables.
Los frutos carnosos y rojos de la hija no son aprovechables para el consumo humano pero tienen la forma y el tamaño apropiados para ser tragados por aves frugívoras (con alimentación a base de frutas) que, tras la digestión de la pulpa, dispersan las semillas regurgitándolas o defecándolas lejos de la planta madre.
En muchas ocasiones, la fragilidad de su ramaje provoca que este árbol sea tumbado por el viento; este hecho es frecuentemente recogido en las toponimias de diversos lugares del archipiélago (sobre todo de Tenerife), como ‛hija cambada’ o ‛hija torcida’. Muchas otras toponimias hacen referencia simplemente a su presencia, como en ‘degollada de las hijas’, ‛camino de las hijas’ o ‛barranco de las hijas’.
A parte de formar brotes basales (chupones), la hija tiene de forma natural un tipo de reproducción asexual conocida como ‛acodo terrestre’. En los individuos adultos es frecuente observar cómo las ramas bajas o inclinadas enraízan en el suelo, lo que puede llegar a formar un ejemplar independiente si se corta la unión con el parental.
En los jardines árabes y en Canarias, la hija se cultiva como árbol ornamental por la vistosidad de su floración y porque su denso ramaje da una buena sombra muy aprovechable en la época estival.
El botánico palmero Pedro Luis Pérez de Paz y la farmacéutica teldense Inmaculada Medina recogen el uso de los frutos maduros y las hojas, en infusión, jarabe o licor, con fines antiespasmódicos y antitusivos; asimismo, manifiestan que hay que tener precaución con el consumo de las hojas en crudo, pues resultan tóxicas.
Como en la península, su madera de color blanco nacarado o rosado se ha utilizado en trabajos de ebanistería y en carpintería ligera (cajones e interiores de muebles finos). Curiosamente, en Tenerife se le da un uso muy específico: la confección de mangos para los martillos pedreros.
La subespecie tipo (Prunus lusitanica subsp. lusitanica) está incluida en los catálogos de flora amenazada o protegida de España, Portugal, Cataluña, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura, Galicia, La Rioja, Navarra y País Vasco. Por su parte, Prunus lusitanica subsp. hixa no está incluida actualmente en el Catálogo de Especies Amenazadas de Canarias de 2010.
Prunus era el nombre romano del ciruelo y el que se dio después también a las especies de frutos semejantes con un solo hueso; lusitanica alude a la Lusitania; hixa es la latinización del nombre vernáculo o común que se le da en las islas: hija.