Sólo presente en las islas que se elevan por encima de los 2000 m de altitud, es decir, Tenerife y La Palma, este matorral está constituido por especies, muchas de ellas endémicas, adaptadas a bruscos cambios de temperatura, a una fuerte insolación, a intensos vientos e, incluso, a nevadas copiosas. Como especie arbórea destaca el cedro (Juniperus cedrus).