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Castanea sativa

Castaño

Castañero, castaño (cast.); castanyer (cat.); gaztainondoa (eusk.); castañeiro (gall.); sweet chesnut (ing.).

No autóctona

¿SABÍAS QUE…? El aroma de las flores masculinas del castaño es muy similar al del semen humano.

DESCRIPCIÓN

El castaño es un árbol de crecimiento rápido y copa amplia, que puede alcanzar los 30 m de altura, un desarrollo impresionante en grosor y gran longevidad. Su tronco es grueso, corpulento y a veces hueco en los ejemplares añosos. La corteza es parda, oscura y se agrieta longitudinalmente con la edad, adquiriendo un característico estriado oblicuo, como si el tronco estuviera retorcido. Las hojas son simples, caducas, alternas, oblongo-lanceoladas, de 10-25 cm de longitud por 5-8 cm de anchura y serradas en su margen. Las flores aparecen en primavera. Las masculinas se agrupan abundantemente en largos, estrechos y erguidos filamentos amarillos, de 10-25 cm de longitud (amentos), y las discretas flores femeninas, que se disponen en la base de los amentos, tras la fecundación encierran las semillas (castañas) en una cubierta espinosa llamada erizo.

ECOLOGÍA

Esta especie prefiere lugares frescos de suelos profundos, no calizos, con cierta humedad, y aguanta mal las prolongadas sequías estivales. En Canarias, el castaño crece de forma natural en las medianías (zonas que se sitúan entre 600 y 1500 m de altitud) y cumbres, generalmente en zonas cercanas al monteverde y, en algunos casos, asociado al pinar húmedo.

DISTRIBUCIÓN

El área original del castañero es difícil de concretar debido a la antigüedad de su cultivo. Se cree que es originario de las regiones caucásica, balcánica y del Asia Menor, y que su cultivo proviene de la Antigua Grecia, desde donde se extendió posteriormente al mundo latino. En Canarias, la expansión de su cultivo se produjo hacia el siglo XVI con el doble objetivo de producir fruto (mediante el injerto) y madera. En El Hierro, La Palma, La Gomera, Tenerife y Gran Canaria existen zonas de castaño silvestre que parecen en algunos casos proceder del abandono de las plantaciones injertadas.

MÁS INFORMACIÓN

El castaño es un árbol de larga vida que puede perdurar más de 1000 años. En Tenerife, además del popular Castaño de Las Siete Pernadas, hay varios ejemplares considerados históricos, como el Castaño del Marqués de La Candia o el ya desaparecido castaño conocido como El Confesionario debido al gran hueco que tenía en su tronco. Sus majestuosos y añejos portes nos dan pistas de la antigüedad del cultivo de esta especie en el territorio insular.

Como describe el clérigo, escritor y naturalista canario José de Viera y Clavijo, el castaño o castañero en el archipiélago es «un árbol que complaciéndose en el clima de nuestras principales islas, hermosea sus medianías y altos, [...]. Ama los cerros de las montañas frescas y rinde un fruto mejor y más copioso cuando logra que sus raíces se insinúen por las grietas de los peñascos, donde las lluvias introducen la tierra vegetal de sus propios despojos [...]».

Sus nutritivas castañas constituyen un excelente manjar que tiene importantes usos culinarios en las islas. Las castañas se comen crudas, asadas o guisadas. Generalmente se preparan con pescado salado y en potajes con papas o boniatos, y son un ingrediente obligado en la elaboración de algunas morcillas. Además, los frutos más pequeños se empleaban como alimento para el ganado.

La castaña está integrada plenamente en las tradiciones más festivas de Canarias. Así en algunos pueblos se celebra la fiesta de Todos los Santos entre castañas asadas, nueces y anís. En la festividad de San Andrés, la tradición manda tomarlas junto con el vino nuevo para celebrar la apertura de las bodegas. También los palmeros se reúnen el día de San Martín en las bodegas para probar el vino nuevo y, en ese acontecimiento, no pueden faltar las castañas. Y como dice una coplilla anónima que se suele cantar la víspera de esta celebración: «San Martín/ tirín tin tin/ fuego a las castañas/ y mano al barril».

Las flores, con un olor almizclado, se utilizaban para aromatizar el tabaco de pipa. Aunque es un árbol polinizado por el viento, sus flores también atraen a las abejas, a las que recompensa con néctar. Así se obtiene una miel de gran personalidad, con aroma y sabor muy intensos. En otros tiempos, las colmenas a veces se construían con su madera.

Su madera es muy valorada por su dureza, gran calidad e incorruptibilidad. Se usaba en carpintería para elaborar las barricas del temprano negocio de la exportación de vinos, los ‘pipotes’ para exportar las frutas almibaradas o las ‘salonas’ para conservar salada la carne. También era muy apreciada por escultores y ebanistas para hacer muebles, lagares para prensar la uva, herramientas, fondos de barcos, vigas, postes y chapas de revestimiento para la construcción de viviendas. Las varas rajadas del castañero o los chupones dotados de gran flexibilidad se utilizan para elaborar cestas. Aun siendo una madera mediocre como combustible, es muy apreciada para ahumar quesos. A partir de la corteza y de otras partes se extraen unos taninos que sirven para curtir pieles.

Tradicionalmente los brotes más nuevos se han utilizado como forraje para los animales y las hojas secas como cama para el ganado. Además, las hojas en infusión eran un eficaz remedio natural contra la tosferina, las inflamaciones de garganta y como expectorante. Una vez hervidas junto a trocitos de la corteza, tienen propiedades astringentes. Según la artesana grancanaria Nilia Bañares, las hojas frescas hervidas con otros componentes tiñen ciertos tejidos de un verde claro. También las hojas, junto a las cáscaras de las castañas, son aprovechadas para preparar un champú natural que sirve para teñir los cabellos rubios.

Castanea es un nombre romano derivado del griego Kastanon, y Kastana era una ciudad de Tesalia (Grecia) célebre por sus castañares. El epíteto sativa quiere decir cultivada.