Pino marítimo, casuarina blanca (cast.); Australian pine, beach she-oak, ironwood (ing.).
Como comentan los botánicos alemanes Günther y Mary Anne Kunkel, «estos árboles no son precisamente llamativos por sus flores, pero tampoco carecen de cierta gracia paisajística». Tanto es así que en el archipiélago pueden verse fácilmente cultivados o asilvestrados a lo largo de las carreteras, cerca de muchos caminos, en las lindes de las fincas, y en jardines y avenidas, sobre todo en zonas costeras.
Esta casuarina ha sido profusamente utilizada para formar pantallas protectoras de gran altura muy efectivas contra el viento y el salitre del mar. Un ejemplo claro es el extenso bosquete de pinos marítimos plantado en las inmediaciones del aeropuerto de Gran Canaria. También se ha utilizado mucho en la reforestación de las áreas costeras y suelos degradados.
La madera es pesada y resistente a los golpes. Se utiliza en construcciones rurales, postes, vigas de casas o en mástiles de embarcación que tienen que ser tratados contra las termitas. Hasta las astillas son usadas para confeccionar tableros de madera aglomerada. A partir de la pulpa del tronco, se fabrica pasta de papel y se genera una fibra natural que recibe el nombre de ‘rayón’, ‘viscosa’ o ‘seda artificial’. De la leña se obtiene un carbón vegetal de gran poder calorífico.
Tradicionalmente sus raíces se han utilizado para tratar el acné. Se dice que la corteza y las ramillas poseen propiedades medicinales y son usadas por los indígenas de Nueva Zelanda en el tratamiento del beriberi, grupo de enfermedades causadas principalmente por la deficiencia de vitamina B1. Además, su corteza ha sido empleada para combatir las diarreas y, dado su elevado contenido en taninos, para curtir el cuero e incluso hasta las redes de pescar.
Durante períodos de sequía severa y cuando no hay disponibilidad de ningún otro material verde, el follaje de las casuarinas se usa como forraje, a pesar de su limitado valor alimenticio.
El nombre de género Casuarina proviene del vocablo malayo kasuari, ya que su follaje se asemeja al plumaje del casuario común o austral (Casuarius casuarius), ave endémica de Australia y Nueva Guinea; el epíteto específico equisetifolia se refiere en latín al parecido que guardan sus ramillas con los tallos y hojas de los equisetos, género de plantas conocidas como ‘cola de caballo’ (Equisetum).