Cedro del Atlas, pino de Marruecos (cast.); cedre, cedre de l’Atlas (cat.); Atlaseko zedroa (eusk.); cedro-do-atlas (port.); Atlas cedar (ing.).
Cuando alcanza un buen tamaño, el cedro del Atlas destaca por su elegancia y porte majestuoso. Esta característica, junto con sus bellas acículas verde azuladas y su longevidad —puede vivir hasta un millar de años— hacen que sea una planta muy apreciada con fines ornamentales.
En su zona de origen, los bosques naturales de cedro del Atlas y otras especies arbóreas son los únicos reductos forestales donde se refugia el macaco de berbería (Macaca sylvanus), un primate en peligro de extinción. Como relata la revista National Geographic España, «es el único primate, aparte de los humanos, que se encuentra en el continente africano al norte del Sahara, y el único macaco que vive fuera de Asia»; y además es «una de las pocas especies de primates que habitan en un clima frío». Los conos de este cedro se consideran una parte importante de su dieta durante el invierno.
De la destilación de su madera, tocones y serrín se obtiene un aceite al que se le atribuyen múltiples propiedades, sobre todo antisépticas, reguladoras de la segregación sebácea, antiacné, contra la cistitis (mediante baños de asiento y compresas) y tónico contra la inflamación de la piel y los eczemas. Además, gracias a su gran aroma, es muy empleado en el tratamiento del estrés y como afrodisíaco, antifúngico, estimulante y expectorante.
Este bálsamo está rodeado de un halo de misticismo al ser una de las primeras sustancias empleadas para incensar templos.
El cedro del Atlas resulta muy adecuado para la ebanistería, marquetería y carpintería de lujo. Su madera, de color rojizo y veteada, ha sido aprovechada desde la antigüedad. Es de una excelente calidad y muy resistente a la humedad, la putrefacción, los hongos y los insectos, por lo que puede aguantar inalterable cientos de años.
De hecho, fue muy apreciada entre los faraones y los antiguos egipcios, como atestigua el descubrimiento de seis barcas de esta madera junto a la pirámide de Sesostris III (en Dashu, Egipto). También fue utilizada para fabricar ataúdes de lujo, tanto por sus propiedades olorosas como por el simbolismo de inmortalidad que rodea a la especie.
Durante varios siglos ha sido una especie muy explotada para la obtención de aceite y madera. Además, ha sido objeto de un pastoreo intensivo y de reiteradas quemas. Todo ello, junto a las sequías prolongadas o los ataques de plagas, ha provocado que sus poblaciones naturales sean más pequeñas, más fragmentadas y con un número reducido de ejemplares. Por eso, esta especie está incluida en la categoría de ‛En peligro’ en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza).
Cedrus es el nombre latino clásico del cedro, que se tomó del griego kédros; el epíteto especifico atlantica procede del latín ‛atlanticus, -a, -um’, que viene a indicar su relación con lo atlántico.