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Cedrus atlantica

Cedro del Atlas

Cedro del Atlas, pino de Marruecos (cast.); cedre, cedre de l’Atlas (cat.); Atlaseko zedroa (eusk.); cedro-do-atlas (port.); Atlas cedar (ing.).

No autóctona

¿SABÍAS QUE…? En Mauritania se hacían mesas de madera de cedro que en la Roma del siglo I alcanzaron precios equivalentes a 91 kilos de oro, según José Juan Jiménez (Museo Arqueológico de Tenerife).

DESCRIPCIÓN

Árbol longevo y de gran talla —en su lugar de origen puede llegar hasta los 50 m de altura, si bien en Canarias rara vez alcanza los 30 m—. Su ramaje forma pisos y la copa es más o menos piramidal, aunque pierde su forma con los años. El tronco es muy recto y tiene una corteza lisa y cenicienta que con la edad se vuelve rugosa, pardo negruzca, gruesa y llena de grietas. Las hojas son acículas de color verde azulado blanquecino, persistentes, rígidas, puntiagudas y de tamaño variable (hasta de 4 cm de longitud). Por lo general, aparecen agrupadas en manojos de forma radial sobre ramitas cortas, lo cual puede recordar a una antigua brocha de afeitar. Una misma planta cuenta con conos masculinos —de 3-6 cm de longitud y color amarillo verdoso— y femeninos —de aproximadamente 1 cm de longitud y una tonalidad verde purpúrea o verde azulada— que suelen presentarse en solitario y erguidos en el centro de las rosetas de hojas. Las piñas, que siempre aparecen erguidas, son grandes —de 5-8 cm de longitud por 3-5 cm de anchura— y recuerdan a un tonelito de madera debido a su forma de cilindro abollado con ápices aplanados y su color pardo al madurar. Tras su formación tienen un aspecto consistente y liso debido a la apretada disposición de sus escamas, aunque al madurar —permanecen casi 2 años en el árbol— se van desintegrando poco a poco. Contienen unas 100 semillas (piñones) casi triangulares y con un ala muy larga y ensanchada.

ECOLOGÍA

El cedro del Atlas ocupa pequeñas áreas y forma bosques en laderas de montañas situadas entre los 1300 y los 2600 m de altitud. Generalmente crece en suelos muy calizos y ricos en materia orgánica, aunque se desarrolla bien en todo tipo de terrenos, salvo los muy húmedos. Resiste los veranos calientes y secos, los inviernos con mucha nieve y los vientos fuertes, pero no soporta los ambientes marítimos. Se cultiva con cierta frecuencia porque es más tolerante a condiciones secas y calientes que la mayoría de las coníferas.

DISTRIBUCIÓN

Es originario de las montañas del Atlas (Marruecos y Argelia) y en Canarias ha sido plantado en zonas de cumbre, como en Las Cañadas del Parque Nacional del Teide (Tenerife) o las inmediaciones de la montaña de las Mejoranas, que forma parte del Paisaje Protegido de Las Cumbres (Gran Canaria). Según observaciones de los botánicos del Jardín Botánico Canario "Viera y Clavijo", se encuentra asilvestrado en ambas islas.

MÁS INFORMACIÓN

Cuando alcanza un buen tamaño, el cedro del Atlas destaca por su elegancia y porte majestuoso. Esta característica, junto con sus bellas acículas verde azuladas y su longevidad —puede vivir hasta un millar de años— hacen que sea una planta muy apreciada con fines ornamentales.

En su zona de origen, los bosques naturales de cedro del Atlas y otras especies arbóreas son los únicos reductos forestales donde se refugia el macaco de berbería (Macaca sylvanus), un primate en peligro de extinción. Como relata la revista National Geographic España, «es el único primate, aparte de los humanos, que se encuentra en el continente africano al norte del Sahara, y el único macaco que vive fuera de Asia»; y además es «una de las pocas especies de primates que habitan en un clima frío». Los conos de este cedro se consideran una parte importante de su dieta durante el invierno.

De la destilación de su madera, tocones y serrín se obtiene un aceite al que se le atribuyen múltiples propiedades, sobre todo antisépticas, reguladoras de la segregación sebácea, antiacné, contra la cistitis (mediante baños de asiento y compresas) y tónico contra la inflamación de la piel y los eczemas. Además, gracias a su gran aroma, es muy empleado en el tratamiento del estrés y como afrodisíaco, antifúngico, estimulante y expectorante.

Este bálsamo está rodeado de un halo de misticismo al ser una de las primeras sustancias empleadas para incensar templos.

El cedro del Atlas resulta muy adecuado para la ebanistería, marquetería y carpintería de lujo. Su madera, de color rojizo y veteada, ha sido aprovechada desde la antigüedad. Es de una excelente calidad y muy resistente a la humedad, la putrefacción, los hongos y los insectos, por lo que puede aguantar inalterable cientos de años.

De hecho, fue muy apreciada entre los faraones y los antiguos egipcios, como atestigua el descubrimiento de seis barcas de esta madera junto a la pirámide de Sesostris III (en Dashu, Egipto). También fue utilizada para fabricar ataúdes de lujo, tanto por sus propiedades olorosas como por el simbolismo de inmortalidad que rodea a la especie.

Durante varios siglos ha sido una especie muy explotada para la obtención de aceite y madera. Además, ha sido objeto de un pastoreo intensivo y de reiteradas quemas. Todo ello, junto a las sequías prolongadas o los ataques de plagas, ha provocado que sus poblaciones naturales sean más pequeñas, más fragmentadas y con un número reducido de ejemplares. Por eso, esta especie está incluida en la categoría de ‛En peligro’ en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza).

Cedrus es el nombre latino clásico del cedro, que se tomó del griego kédros; el epíteto especifico atlantica procede del latín ‛atlanticus, -a, -um’, que viene a indicar su relación con lo atlántico.