Pino de oro, árbol del fuego, roble australiano (cast.); roure d'Austràlia (cat.); Southern silky oak, silky oak, Australian silver oak (ing.).
El pino de oro es un árbol espectacular y sumamente decorativo, tanto por su peculiar follaje verde plateado como por la vistosidad de sus flores de color amarillo naranja. El único inconveniente para su uso en parques y jardines es que puede provocar dermatitis por contacto.
En algunos lugares se ha utilizado como árbol de sombra en las plantaciones de té (Camellia sinensis), ya que sus hojas filtran con eficacia la luz y proporcionan suficiente sombra durante los meses secos. Debido a sus raíces profundas, el pino de oro no compite por los nutrientes y la humedad con las plantas de té.
Además, se ha utilizado en plantaciones forestales en muchos lugares del mundo. Canarias no es una excepción. Como recogen los botánicos canarios Octavio Rodríguez y Marcelino J. del Arco en la revista Rincones del Atlántico, esta especie fue incluida en las repoblaciones realizadas entre los años 40 y 60 del pasado siglo en las laderas y cumbres de Betancuria (Fuerteventura). Curiosamente, hasta el momento no se considera que esté asilvestrada en esta isla.
Parece ser que este árbol tiene un fuerte control regulador —conocido como ‛efecto alelopático’— sobre su propia descendencia: a través de sustancias excretadas por la raíz, suele matar a las plántulas de su misma especie que germinan debajo y con las que está emparentado.
La madera es de buena calidad, relativamente blanda, resistente a la humedad, de un particular color pardo amarillento y con un tacto sedoso y un bonito veteado parecido al roble. Por estas características es particularmente atractiva para la fabricación de instrumentos musicales —como las guitarras Larrivée— y en ebanistería de muebles y cerramientos exteriores.
Sus flores son una fuente de abundante y dulce néctar para las abejas, por lo que es una especie muy melífera. Tal es la cantidad de néctar de estas flores que antiguamente los aborígenes australianos sumergían los ramilletes en agua para hacer una deliciosa bebida azucarada.
El nombre genérico está dedicado al botánico escocés del siglo XVIII Charles Francis Greville, uno de los fundadores de la actual Horticultural Society of London. El término latino robusta alude a su corpulencia y vigoroso crecimiento.