Naranjero salvaje, bojo (cast.)
El naranjero salvaje ha sufrido un intenso aprovechamiento maderero y ha sido profusamente podado para utilizar sus hojas y ramas como forraje para el ganado, lo cual hace pensar que esta sea la causa más probable de su escasez en el medio natural. Según constata el botánico canario Ricardo Mesa en Seguimientos de la flora amenazada de La Palma, La Gomera y El Hierro, algunas plantas que había en La Paterna, Tazo (La Gomera), han podido sucumbir debido a las podas continuas, pues se ha comprobado que las ramas partidas tienden a pudrirse.
Los últimos recuentos del naranjero salvaje gomero (Ilex perado subsp. lopezlilloi), realizados por Manuel V. Marrero Gómez y colaboradores para el Atlas y libro rojo de la flora vascular amenazada de España, indican que tan solo existen dos ejemplares naturales. Aunque las actuaciones de conservación han logrado incrementar el número de efectivos hasta 16, su reducido número, el aislamiento de los ejemplares y el carácter dioico de la especie dificultan mucho la reproducción sexual y hacen de este taxón uno de los más amenazados del país.
El naranjero salvaje gomero está incluido tanto en el Catálogo español de especies amenazadas como en el Catálogo de especies amenazadas de Canarias de 2010, en ambos casos con la categoría ‛En Peligro de Extinción’.
Ilex era el nombre latino de la encina (Quercus ilex) y de la coscoja (Quercus coccifera), que fue asignado al acebo (Ilex aquifolium) por el parecido de sus hojas; el epíteto específico perado deriva del portugués —probablemente relacionado con pera—, y alude al parecido de las hojas del naranjero salvaje con las del peral.