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Morus nigra

Moral, morera negra

Moral, morera negra (cast.); morera negra, morer, morer de mores (cat.); marguza, martusera, martuts, marugatze beltza (eusk.); moreira negra, amoreira negra (gall.); amoreira-preta, amoras-da-horta (port.); black mulberry (ing.).

No autóctona

«La mancha de la mora con otra verde se quita».

Refrán popular

DESCRIPCIÓN

El moral es un árbol caducifolio —aunque pierde el follaje durante poco tiempo—, sin espinas, de aspecto recio y porte medio que en Canarias raramente supera los 10 m de altura. Tiene en general una copa extendida y densa, así como un tronco corto, a veces encorvado. La corteza es pardo anaranjada, áspera y muy escamosa, y se desprende en placas gruesas. Las hojas son simples, alternas, de 6-20 cm de longitud, con el margen dentado, oscuras, y ásperas por el haz. La lámina tiene en general una forma acorazonada o redondeada terminada en punta, pero en ocasiones es lobulada, por lo que puede recordar a la de la higuera (Ficus carica). Las hojas tienen unos rabillos con pelillos que exudan látex al cortarlos. En primavera, el moral produce unas flores no muy vistosas y unisexuales —es decir, masculinas o femeninas— que se reúnen en espigas alargadas y compactas. Salen generalmente en distinto pie de planta, pero a veces están separadas sobre el mismo pie. Cuando las flores femeninas son fecundadas, se vuelven carnosas y dan lugar a unos frutos que deberíamos llamar infrutescencias, porque están compuestos por muchos granitos jugosos —cada uno de ellos es el verdadero fruto— que se agrupan para formar una especie de mora que botánicamente se conoce con el nombre de sorosis. Se diferencia principalmente de la morera (Morus alba) por sus hojas más oscuras y con el envés peloso a lo largo de los nervios, así como por las características de sus moras, que son de mayor tamaño (2-3 cm de longitud), de color púrpura negruzco, sabor agridulce muy agradable y casi sin rabillo.

ECOLOGÍA

Árbol muy rústico y resistente que soporta bien los climas fríos y tolera la contaminación urbana. Requiere suelos frescos y ligeros y prefiere los que son algo arenosos. De forma asilvestrada crece preferentemente en las medianías (zonas que se sitúan entre 600 y 1500 m de altitud) insulares, tanto en terrenos abandonados como junto a otros cultivados, desde los que ‘salta’ con cierta facilidad.

DISTRIBUCIÓN

El moral es oriundo de Asia occidental —nativo de Irán y Afganistán—, pero ha sido cultivado durante tantos años que los límites de su área natural no pueden determinarse. En Canarias se encuentra asilvestrado en todas las islas.

MÁS INFORMACIÓN

Cuando las hojas de la morera (Morus alba) escaseaban para la industria de la seda en Canarias —de gran relevancia en la economía insular durante el siglo XVIII—, se utilizaban las del moral para alimentar a los gusanos de seda (Bombyx mori). Sin embargo, las propiedades alimenticias de estas hojas son inferiores a las de la morera y, en consecuencia, daban una seda más delgada y de peor calidad. En este sentido, el novelista estadounidense Noah Gordon escribe en El último judío: «El hombre del turbante estaba explicando que la diferencia entre las sedas dependía del tipo de hojas que hubieran comido los gusanos…».

Las hojas también se aprovechaban como forraje para el ganado, con la particularidad de que debían recolectarse manualmente, una por una, para no dañar las ramas y perjudicar la fructificación del año siguiente.

Las moras negras, que son ricas en vitamina C y muy sabrosas, se comen frescas, en compotas y mermeladas. Tienen propiedades tintóreas y son utilizadas para teñir, sobre todo lanas, de un color morado intenso o gris oscuro. Cuando se recolectan, las moras tiñen de rojo todo lo que tocan, de tal forma que luego es difícil quitar la mancha. Sin embargo, como bien dice el refrán: «La mancha de la mora con otra verde se quita»; lo cual se puede interpretar como que solo se precisa frotar con otra mora para que desaparezca la mancha, pero también que el ‘mal de amores’ se olvida con un nuevo amor. En este sentido, es muy aclaratoria la siguiente copla popular:

«Me han dicho que no me quieres,
no me da pena maldita,
que la mancha de la mora
con otra verde se quita»

El vino de mora era especialmente apreciado por la población campesina de Canarias. Según el saber popular, esta bebida tiene propiedades curativas y está principalmente indicada para golpes internos o achaques digestivos.

La madera es oscura, muy dura y resistente a los cambios de humedad. Se utiliza en carretería, tonelería, ebanistería y para fabricar herramientas. También es muy apreciada para la fabricación de instrumentos musicales. En El Hierro y La Gomera es la madera predilecta para confeccionar ‘las chácaras’, uno de los instrumentos de percusión más populares del folklore canario, similar a las castañuelas de la península, aunque varía en tamaño y forma.

El moral también es una planta textil, productora de fibras. Con la corteza se hacían cuerdas de gran resistencia a la tracción.

El nombre del género, Morus, deriva del griego moréa, que a su vez viene del céltico mor, que quiere decir negro, en alusión al color del fruto de algunas variedades. Antiguamente, Morus designaba tanto el fruto de la morera negra como el de la zarzamora; el epíteto específico nigra procede también del latín, que significa negro, y alude al el color de las moras de esta especie.