Olivillo, labiérnago blanco (cast.); aladern de fulla estreta (cat.); gartxu hostoestua (eusk.); aderno-de-folhas-estreitas (port.); narrow-leaved mock privet (ing.).
Por su agradable y persistente follaje de color verde intenso, habitualmente se cultiva como planta ornamental. Como aguanta bien la poda, con ella se pueden formar setos. Por otro lado, debido a su resistencia al estrés hídrico, se considera una especie particularmente interesante para repoblar lugares muy expuestos al sol y para su introducción en zonas degradadas.
Su madera tiene fama de ser algo quebradiza, por lo que no es muy apreciada en carpintería. Sin embargo, es bastante buena como leña, pues produce una llama muy activa, y también da un excelente carbón.
La corteza del labiérnago se ha empleado para curtir cueros por su contenido en taninos, mientras que sus hojas servían antiguamente para teñir el cabello.
No se le conoce ningún uso en la medicina popular canaria. Sin embargo, en otras latitudes se sugiere la utilización de las hojas y los frutos en infusión por sus propiedades astringentes y refrigerantes, así como para mitigar úlceras e inflamaciones bucales. También se apunta que esta planta tiene propiedades diuréticas y que se ha empleado contra las fiebres intermitentes. Asimismo, las flores se han utilizado para hacer cataplasmas contra el dolor de cabeza.
Los frutos son dispersados principalmente por aves frugívoras, como las ‛currucas’ (Sylvia), y secundariamente son transportados por hormigas. Las aves tienen una doble misión: transportar las semillas y aumentar su capacidad germinativa. Para la segunda función, el paso por su tracto digestivo es primordial dado que los ácidos gástricos actúan reduciendo el grosor de las duras cubiertas de las semillas. Una vez expulsadas, estas tienen una mayor permeabilidad y germinan mejor.
Es una buena planta melífera, ya que produce un néctar muy atractivo para las abejas, aunque no se conoce ninguna miel monofloral de labiérnago.
El nombre del género, Phillyrea, deriva del griego y era la denominación que recibía una planta de hojas muy parecidas a las del olivo; el epíteto específico, angustifolia, hace referencia a sus hojas particularmente estrechas.