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Prunus domestica

Ciruelo silvestre, ciruelero

Ciruelo silvestre, ciruelero (cast.); prunera (cat.); aranondo (eusk.); ameixieira, abrunheiro-manso (port.); plum, common plum (ing.).

No autóctona

¿SABÍAS QUE…? Las exquisitas ciruelas Claudia, de inigualable aroma y dulzor, deben su curioso nombre a una joven reina francesa del siglo XVI, Claudia I de Francia.

DESCRIPCIÓN

El ciruelero es un árbol de tamaño mediano, con una altura máxima que en general no sobrepasa los 6 m. Presenta ramas erguidas y un tronco recto, de color pardo grisáceo brillante y textura lisa o algo agrietada. No suele tener espinas, pero algunas plantas asilvestradas pueden estar provistas de ramitas espinosas. Las hojas son simples, caducas y alternas, y a veces están tan juntas que forman hacecillos en los brotes cortos. Presentan una forma elíptica o inversamente ovada y un margen finamente serrado o crenado. Suelen medir 4-8 cm de longitud y son lampiñas o algo pelosas por el envés, sobre todo en los nervios principales. Las flores, con 5 pétalos blancos, brotan casi al mismo tiempo que las hojas nuevas. Son hermafroditas y en general aparecen en ramilletes de 2 o 3 flores sobre largos rabillos. Miden 1,5-4 cm cuando están abiertas. Las ciruelas maduran rápidamente a finales del verano. Esta exquisita fruta es muy carnosa, de forma redonda o alargada y con un color variable, que va del amarillo al púrpura negruzco en función de la variedad de que se trate. Contiene un único hueso duro y aplastado que guarda una semilla en su interior y su piel está casi siempre cubierta de una capa de polvillo céreo blanquecino (pruína) que se desprende al frotar. Esta característica es la causa de su nombre popular, aplicado al árbol o al fruto —ciruelo, ciruela— y derivado del latín cereŏlus, -a, -um, que alude a las cualidades céreas del fruto.

ECOLOGÍA

Es uno de los frutales más rústicos, de ahí que se encuentre muy extendido su cultivo y a veces sea difícil discernir entre ejemplares cultivados y asilvestrados. Prefiere los climas templados, aunque resiste bien las bajas temperaturas, y sufre la falta de agua en verano. Los frutos y las ramas finas son muy sensibles a los vientos. Aparece más habitualmente en suelos calizos. A partir de los 400 m de altitud, puede verse cultivado en huertos y vegas de las islas, desde donde escapa y se asilvestra. Habita desde bordes de camino a formaciones boscosas de las medianías (territorios que se sitúan entre 600 y 1500 m de altitud), siempre con abundante humedad ambiental.

DISTRIBUCIÓN

Al tratarse de una planta modelada por el ser humano desde tiempo inmemorial, es poco lo que se conoce sobre la procedencia del ciruelo. Sin embargo, se cree que es oriundo del sureste de Europa (Cáucaso) y el sudoeste de Asia. En Canarias, además de estar profusamente cultivado en casi todas las islas, también se encuentra asilvestrado en Tenerife y Gran Canaria.

MÁS INFORMACIÓN

En Canarias no existen referencias muy antiguas del cultivo del ciruelo, como sí las hay de las higueras y los almendros. No obstante, es un frutal muy integrado en la vida doméstica insular. En la actualidad predominan las variedades Golden Japan, Santa Rosa, Plum Late o Claudia, entre otras.

Sus jugosos frutos tienen un alto valor nutritivo. Las ciruelas se consumen frescas y en zumo, y sirven para preparar mermeladas, compotas, pasteles y deliciosos postres. También se obtienen bebidas alcohólicas como la rakia, típica de los países balcánicos, tras la fermentación de su zumo.

Desecadas constituyen excelentes pasas, que tienen un reconocido efecto laxante por su alto contenido en fibra. Además, las ciruelas son beneficiosas para personas afectadas por artritis y reuma.

Las semillas que crecen en el interior del hueso no se deben comer ya que pueden ser tóxicas. Sin embargo, de los huesos se puede extraer un aceite, sucedáneo del de almendras, muy eficaz para hidratar y suavizar la piel.

Por otro lado, las flores del ciruelo forman parte de muchas fragancias y perfumes por su delicado aroma.

La madera, veteada de rojo, es fina, dura y compacta. Se trabaja bien, puede pulirse con facilidad y es muy apreciada por ebanistas y torneros. Con la goma del ciruelero se falsifica la goma arábiga, a la que se parece mucho.

Prunus era el nombre romano del ciruelo y el que se dio después también a las especies de frutos semejantes con un hueso; domestica es un epíteto latino de significado evidente, doméstico, y que alude a todo lo perteneciente a la casa.