Ulmus minor
Olmo
Olmo, olmo común, negrillo, álamo negro (cast.); om, olm (cat.); humar hostotxikia (eusk.); ulmeiro (gall.); ulmeiro, negrilho (port.); field elm (ing.).
No autóctona
¿SABÍAS QUE…? La grafiosis, una enfermedad que afecta a los olmos en casi todo el planeta, falta en Canarias. Por eso las islas se han convertido en un lugar importante para la supervivencia de esta y otras especies.
ECOLOGÍA
Es una especie propia de climas templados que alcanza los 1000 m de altitud o algo más y se cría sobre suelos más bien desarrollados, frescos y profundos. En Canarias crece naturalizada sobre todo en bordes de camino y carreteras de las medianías altas, donde, gracias a sus brotes basales (chupones), suele formar bosquecillos más o menos densos. Asimismo, se integra en formaciones del monteverde, donde los suelos muy húmedos y fértiles le proporcionan un sustento ideal.
DISTRIBUCIÓN
Habita en Europa, Asia, Norteamérica y el norte de África. En Canarias es una especie muy difundida como árbol ornamental y de sombra, pero solo se encuentra asilvestrada de forma muy aislada en las islas centrales, es decir, en Tenerife y Gran Canaria.
Su madera es dura, fácil de trabajar y resistente a la humedad; es excelente para piezas que han de estar expuestas a la intemperie, sumergidas o soportar golpes y rozamientos.
El olmo común ya se empleó en la antigua Roma como soporte de las vides.
Las fibras de su corteza se usaron para hacer cuerdas y sus hojas como alimento para el ganado.
Ya conocemos el dicho popular castellano «No pidas peras al olmo», pero lo que pocos saben es que sus
frutos verdes se emplean en ensaladas.
Ulmus es el nombre latino de los olmos y su madera. El epíteto específico minor alude curiosamente a su porte, acaso por los renuevos que brotan, a pesar de ser un árbol que llega a ser corpulento.